domingo, 7 de junio de 2015

10 TRABAJOS QUE SOLO TE INTERESAN CUANDO ERES NIÑO

Pepe H.

Buzz Feed Staff

1. Policía.
Es la opción de cajón, como desear la paz del mundo. Apenas aprendimos qué hace un policía, todos quisimos ser uno. Es como ser un Power Ranger con pistola.
En la vida real...
Ya sea controlar tránsito, vigilar bancos, romper manifestaciones o patrullar colonias peligrosas, no vale la pena hacerlo por un sueldo de máximo 10,000 pesos mensuales; menos en México, donde mentarle la madre al poli desde un auto en movimiento es deporte nacional.
2. Bombero.

De niños sólo queremos ser héroes. ¿Hay algo más heroico que apagar incendios, salvar gatos y hanguear con un dálmata?
En la vida real…
Ser bombero es como la guerra: largos periodos de aburrimiento interrumpidos por estallidos de terror. Tus turnos de guardia serían 24 horas seguidas sin hacer nada, a menos que haya un incendio y tengas que salir a arriesgar la vida.
3. Soldado.

De niño ves Salvando al Soldado Ryan y te vuelves loco, quieres salir a recorrer al mundo y matar gente mala y vivir aventuras en el campo de batalla.
En la vida real…
El soldado en México hace tres cosas: O se la rifa contra los narcos, o va a implementar el plan DN3 a zonas de desastre natural o se gasta la vida en una oficina. Depende de qué soportes más: violencia, mal clima o confinamiento.
4. Futbolista.

Si nunca quisiste ser futbolista, no tuviste infancia. Jugabas todos los días en el recreo, ¿te imaginas obtener dinero y fama por hacer lo mismo?
En la vida real…
Una carrera como futbolista no sólo exige una disciplina y una condición física que nunca alcanzaremos, además es una carrera muy inestable, como ser modelo.
Si consigues un contrato con un equipo grande a los 20 años de edad, eso te deja con menos de veinte años de vida útil como futbolista, que debes explotar al máximo, con tal de que los patrocinios, marcas y contactos que logres en ese tiempo puedan sostenerte el resto de tu vida.
5. Doctor.

Otra vez el complejo de mesías, la voluntad de ayudar a otras personas, la necesidad de hacer algo que importe, aunque no sepamos qué es.
En la vida real…
La escuela de medicina es una experiencia larga y dolorosa. Debes memorizar enciclopedias completas antes de empezar a aprender y luego tienes que ver sangre, hablar con personas, recolectar muestras de popó…
Eso si te va bien y no acabas dando consultas en una farmacia del Dr. Simi.
6. Enfermera.

Si ahora eres un joven adulto, fuiste educado con cierto sexismo implícito, todos lo fuimos. No es que creamos que las niñas merecen menos que los niños, es sólo que, cuando eres niño y no sabes nada, la enfermera parece su equivalente femenino.
En la vida real…
Es justo eso, todas las labores asquerosas de la medicina, sin el sueldo o el reconocimiento. ¿Dónde estaría la sociedad sin estos héroes?
7. Granjero.

Tienen su propia granja, animales, familia y crecen su comida. Hay que estar loco para no querer vivir en ese paraíso bucólico.
En la vida real…
No puedes sobrevivir del autoconsumo porque entonces comerías puro algodón. Sólo te queda entrarle al mercado nacional, contra producto extranjero, subsidiado y más barato.
¿Dónde estaría México sin su campo? Al parecer volando a través del aeropuerto que quieren construir justo sobre tus parcelas.
8. Vaquero.

De niño, el vaquero parece una profesión. Andar todo el día a caballo, entre pueblos distantes, piropeando morras y matando vatos hasta el día que un bandido sea más listo que tú y te ponga en el piso, suena como la vida perfecta.
En la vida real…
Los vaqueros ya no existen. Podrías ser ganadero, pero nunca viajarías a otros pueblos y casi no te tocaría matar bandidos. Además, la equitación es un pasatiempo muy caro.
9. Payaso.

Visten de colores, llevan la cara pintada, hacen reír a los niños y su vida es una gran carcajada.
Además usarías diario los zapatos más increíbles.
En la vida real…
Nadie quiere a los payasos, son aterradores.


10. Mago.

Cuando eres niño, un mago es la persona más elegante que conoces. Tienen poderes mágicos, pueden aparecer conejos a voluntad y todo el mundo los ama.
En la vida real…La magia no es real. Aún si te aprendes los trucos, la sociedad tiene horribles prejuicios contra los ilusionistas, contra quienes aprenden sus secretos y contra todo el gremio del entretenimiento para fiestas infantiles.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario